domingo, 15 de noviembre de 2009

RETOS DE TIC Y EDUCACION A DISTANCIA

Tecnología de la Información y Educación a Distancia: Retos del e-Learning

Hoy día pareciera que la tecnología permea todos los ámbitos no sólo de la industria y las empresas, sino también de nuestra vida misma. Desde infracciones de tránsito tomadas por cámaras sensibles de alta velocidad y buen ojo para las placas de automóviles hasta el pago de servicios y de las mismas multas en forma electrónica con unos cuantos clics y teclazos.
La tecnología promete más, mejor, más rápido y a menor costo de todo. Ese es el mantra que cantan al unísono sus fabricantes y mercaderes. Y no quiero decir que es falso, pero luego nos toca a los consultores la odiosa tarea de explicar que para que esas promesas se cumplan, debemos gastar más (para gastar menos), poner en marcha largos procesos de planificación y adaptación (para hacer todo más rápido) y esforzarnos más (para trabajar menos).
Necesidad de una Clara Visión y Modelo de Aprendizaje
En el caso de los procesos de educación, capacitación y formación continua, hay que ser extremadamente cuidadosos de que las maravillosas e infinitas posibilidades de la tecnología no releguen a un segundo plano la importancia de una buena base pedagógica y/o andragógica y que los resultados se midan sobre el alcance de objetivos de aprendizaje, construcción de conocimientos y desarrollo de habilidades.
Por su carácter novedoso y prestaciones que brinda, la tecnología tiende a encandilar a sus usuarios, aún aquellos experimentados en el área o campo en que se introduzca. El entusiasmo por aprovechar sus bondades, puede poner en peligro el alcance mismo de dichos beneficios si no se aborda la implementación de la tecnología con un marco definido de necesidades y objetivos claros, metodologías bien sustentadas y procesos de acompañamiento, monitoreo y soporte.
Educar es más que enseñar la lección y aprender es mucho más que aprenderse unos contenidos y desarrollar ciertas habilidades. Educar y aprender son procesos continuos mucho más amplios, que incluyen formación en valores, habilidades analíticas, críticas, creativas, asociativas, participativas y que deben ser acompañadas por una adecuada estimulación, orientación y supervisión.
Sin una clara visión de cómo se espera propiciar la construcción de conocimientos y desarrollo de habilidades y una clara visión del rol del docente, las responsabilidades del estudiante y el uso del material de apoyo y recursos de consulta, la introducción de la tecnología en los procesos formativos puede producir cualquier cosa y sus resultados inciertos, sin ninguna garantía de que respondan a nuestros intereses y objetivos.
Es por ello que la definición, adquisición o desarrollo e implementación de soluciones tecnológicas en educación debe ser liderada por profesionales de la educación y el personal responsable de la labor docente, en colaboración con los técnicos de informática, pero nunca bajo la dirección de estos últimos.

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